Cuando tu hijo tiene casi tres años, se están desarrollando en su cerebro elementos más complejos como emparejar, clasificar y comparar. 

La clasificación también tiene un propósito más amplio: Incluso nuestros hijos más pequeños son capaces de reconocer patrones y utilizar categorías para procesar nueva información. Casi todo lo que vemos, oímos o tocamos contiene detalles que procesa nuestro cerebro. Sin darnos cuenta, nuestro cerebro está buscando qué es nuevo, qué es diferente y qué ha cambiado. 

A continuación, te muestro ideas de cómo puedes apoyar las habilidades de clasificación de tu hijo pequeño:

Entre los 19 y los 24 meses, es posible que tu hijo haya comenzado a clasificar según ciertos atributos simples. Ahora, pueden notar mejor esas diferencias, nombrarlas y ordenarlas de formas más complejas.

A los 30 meses, por ejemplo, tu hijo puede comenzar a clasificar formas geométricas básicas.

Reúne 6 formas: 2 triángulos, 2 círculos y 2 cuadrados son un buen punto de partida, ya que esas son las primeras formas que los niños normalmente aprenden a identificar. 

Asegúrate de que algo en cada par de formas sea diferente, ya sea en tamaño, color u otra cosa. Coloca el círculo en un recipiente, luego entrega a tu hijo el segundo círculo y pídele que lo coloque en el recipiente con la misma forma. Repite con las otras formas. Si puede emparejarlos todos, coloca las 6 formas en el suelo y pídele a tu hijo que ordene: "¿Puedes poner todos los triángulos juntos, todos los círculos juntos y todos los cuadrados juntos?" 

Una vez que tu hijo las haya ordenado todas, puedes extender la actividad anterior agregando más de cada una de las tres formas a la pila. También puedes intentar agregar nuevas formas geométricas (hexágonos, rombos, rectángulos) a la pila, sabiendo que esto puede ser un desafío.

Pídele a tu hijo que busque más círculos para agregar a su colección de círculos y ofrécele mucha orientación: "¿Puedes encontrar algo más que sea un círculo? Los círculos son redondos [dibuja un círculo en el aire repetidamente con un dedo] y no tienen esquinas. Prueba ese plato o la tapa de la sartén en tu cocina de juguete".

Ordenar por múltiples atributos es un desafío divertido para el que tu hijo puede estar listo. Puedes animar a tu hijo a ordenar primero por forma y luego por color, aunque no al mismo tiempo. 

Cambiar entre estos dos tipos de clasificación es un ejercicio de función ejecutiva desafiante. El uso de los mismos materiales para múltiples actividades le enseña a tu hijo que un conjunto de objetos se puede clasificar de varias maneras.

Comiencen clasificando objetos por forma, puedes utilizar bloques de madera natural o de diferentes colores, concentrándose en agrupar por la forma de los bloques.

 

A continuación, pasen al color. Coloca dos círculos y dos cuadrados, cada uno en colores iguales y todos mezclados. Observa si tu hijo puede agrupar las dos formas diferentes: "busquemos los dos círculos".

A continuación, di "ahora busquemos las dos formas amarillas".

Es divertido ver cómo tu hijo puede ordenar sin restricciones. Intenta preguntar "busquemos dos objetos que sean iguales" y ver si coinciden por color, forma, ambos o algo completamente diferente 😉

Más allá de enseñar a los niños pequeños a clasificar formas y colores, existen todo tipo de oportunidades de clasificación en la vida cotidiana. 

Permite que tu hijo clasifique los vehículos de juguete por tipo (camiones en una pila, autos en otra, trenes en una tercera), comida por tipo (galletas en una pila, rebanadas de queso en otra) y ropa por propietario (los calcetines de papá aquí, los calcetines de mamá allá, tus calcetines en esta pila.