Comenzar la asistencia a la escuela es un gran hito para los niños y, a veces, incluso más para sus padres. 

Ya sea que tu hijo se dirija al primer grado o recién comience en una Comunidad Infantil, existen pasos simples y concretos que puedes tomar para asegurarte de que los primeros (y siguientes) días de tu hijo en la escuela sean lo más exitosos posible. 

A continuación, encontrarás consejos que se aplican a cualquier salón de clases, y enlaces a información específica dirigida a los años de Infantil, Casa de Niños y Primaria.

Si bien se basa en la experiencia en entornos Montessori, no tengo ninguna duda de que gran parte de esto también se aplica a otros sistemas educativos.

Has encontrado la escuela perfecta y no podrías estar más emocionado por la maravillosa aventura que tu hijo está a punto de comenzar. 

Sabes que harán grandes cosas y no puedes esperar a ver sus próximos pasos para convertirse en la persona que debe ser.

Idealmente, esta sería una descripción perfecta de tu estado emocional cuando tu hijo comienza la escuela. Si no es así, ¡finge hasta que lo logres! 

Tu hijo te observará en busca de pistas sobre lo que está a punto de suceder, y hará una gran diferencia si tu actitud es segura y feliz en lugar de temerosa o dolorida. 

Esto realmente se aplica a los niños de todas las edades: no subestimes la inteligencia emocional de un niño de un año al captar los pensamientos y sentimientos de sus padres.

Es normal estar ansioso o triste cuando tu hijo va a la escuela; es un nuevo capítulo en su vida, otra señal de que están creciendo. 

Si necesitas un hombro en el que llorar porque tu pequeño bebé de repente está en el jardín de infantes, por favor, busca uno; Si necesitas investigar un poco para vencer la ansiedad inicial, ¡bienvenida a este artículo! 

Pero cuando te despides de tu hijo el primer día, necesitan que tu estés segura de: es algo bueno y emocionante lo que están a punto de hacer.

Los años de Casa marcan la transición de lo que la Dra. Montessori llamó "el explorador inconsciente" a el "aprendiz consciente". 

En la Comunidad Infantil, los niños generalmente ven a sus maestros como una familia extensa y el salón de clases como otro lugar emocionante para jugar; en la Casa, comienzan a formar su identidad consciente como estudiantes, y comienzan a esforzarse de forma consciente por el conocimiento y el perfeccionamiento de sus destrezas y habilidades. 

La importancia de su grupo de compañeros también se dispara, forman amistades y sus interacciones pasan del juego paralelo y la observación a la cooperación directa.

🖍️ Respeta el aula de tu hijo como su "lugar de trabajo". Están probando un nuevo papel social y formando una nueva identidad, una de la que no eres parte directamente.

Si bien algunas escuelas Montessori invitan a los padres a ingresar a la Comunidad Infantil, prácticamente ninguna les dará la bienvenida en Casa, y por una buena razón.

🖍️ Dale a tu hijo tiempo y espacio para procesar la transición. Debes esperar que la transición mental y emocional al nuevo entorno requiera, en promedio, unas ocho semanas de asistencia continua; tu hijo puede entrar con una sonrisa una semana y protestar entre lágrimas por ir a la escuela la semana siguiente. 

Mantén la calma y sé paciente, y si tienes alguna inquietud con respecto al aula, discútela con el maestro fuera del alcance del oído de tu hijo.

🖍️ Entiende que, puede ser difícil para tu hijo verbalizar sus experiencias. Aunque a los tres años en adelante, los niños generalmente tienen un vocabulario considerable, a menudo les resulta difícil responder la pregunta ansiosa: "¿Qué hiciste hoy en la escuela?" 

A lo largo de los años, algunas de las respuestas más comunes que he presenciado como profesora son: “comí bocadillo”, “jugamos afuera”, o la siempre popular: “nada”. 

Cuando esté contigo, deja que tu hijo se concentre en el presente y esté contigo tanto mental como físicamente, habla sobre el clima, tus planes para la cena, a qué parque ir. 

Puedes liderar el camino contándoles anécdotas sobre tus propias experiencias durante el tiempo que estuvieron separados, si lo deseas. Tu hijo compartirá contigo cuando esté listo.