La Crianza con Intención tiene varias cosas en común con el método Montessori. Para empezar, ambos animan al niño a asumir la responsabilidad de sí mismo.
La crianza con intención lleva a guiar a tu hijo hacia la independencia a un nivel emocional. Se invita a los niños a explorar sus emociones y los padres modelan constantemente la aceptación de la experiencia de sus hijos, lo que les enseña a los niños cómo manejar sus sentimientos.
Por ejemplo, una madre con intención no intentará impulsivamente que un niño frustrado deje de llorar. En cambio, permanecerá tranquila para mostrarle al niño que pueden experimentar sus emociones negativas de manera segura.
Pueden honrar la experiencia del niño diciéndoles: "Veo que tienes sentimientos fuertes en este momento. Sentémonos aquí juntos y respiremos profundamente".
Cuando las madres no tratan de eliminar inmediatamente los sentimientos negativos de sus hijos, los niños se sienten aceptados y aprenden a reconocer el espectro completo de emociones como algo natural.
También aprenden a manejarlas en un ambiente pacífico y acogedor, construyendo resiliencia contra una avalancha de lo que de lo contrario, se considerarán emociones "negativas".
Tanto la Crianza con Intención como Montessori también utilizan a los adultos como guías en lugar de figuras de autoridad que imparten órdenes arbitrarias.
Ambos enfoques también hacen hincapié en la observación aguda. En Montessori, notamos lo que les interesa a nuestros estudiantes para crear un entorno enriquecedor.
De manera similar, las madres con intención prestan mucha atención a cómo reaccionan sus hijos a los problemas y usan la empatía para identificar las necesidades de sus hijos.